ADVERTENCIA

Este post esta dedicado solamente al entretenimiento para las personas que tienen el gusto por estos temas, les pedimos a los lectores que no intenten o hagan los actos que se presencian en las lecturas. Cualquier parentensco con los personajes, nombres y entornos son pura casualidad, las fotos de las niñas que se encnuentran en cada historia nunca estubieron ahi y/o participaron en dichos acontecimientos y jamas estubieron en peligro real

El autor de las historias y el creador del post no se hacen responsables a aquellos lectores que intenten practicar lo ya dicho. Es ficcion lo que se lee y nunca sucedio

Gracias

domingo, 3 de mayo de 2015

Una orgia por dinero



Esta historia que les voy a contar, es un hecho real, ocurrido en la localidad de Del Viso, provincia de Buenos Aires.


Sergio (así vamos a llamar a uno de los protagonistas) tiene una casa de fin de semana en Del Viso, y una posición económica muy buena. Es dueño de una empresa en la ciudad de Buenos Aires, y además soltero, a pesar de sus 44 años. De vez en cuando se reúne con sus amigos en su casa quinta, y pasan una jornada de pileta, fútbol y truco.

Del Viso es una ciudad en donde se nota bien la diferencia entre la zona donde hay mucha plata y en la que hay bastante pobreza; y sin llegar a ser una villa miseria, hay barrios de gente muy pobre.
Tal es el caso de Manuel, el jardinero de Sergio, un hombre provinciano de alrededor de 50 años, que trabaja con el desde hace algunos años.
Manuel tiene una esposa, menor que el, y cinco hijos. El más grande tiene 22 años y está preso por robo. Con el viven los restantes cuatro, tres varones y una nena, de apenas 10 años.
La historia que me contó Sergio comenzó un sábado al mediodía, cuando el y sus amigos llegaron a la casa quinta para pasar el fin de semana, y Manuel estaba realizando su trabajo de jardinería. Lo ayudaba Miriam (Mimi), la hija pequeña.

Sergio saludó a Manuel y sus amigos hicieron lo mismo.

- Mimi venía a saludar a don Sergio, exclamó el jardinero.- Ella es mi hija, que me está ayudando, les dijo.

Los hombres saludaron a la criatura, sin darle demasiada importancia, aunque Manuel insistía en que los hombres saludaran a la nena. Sergio notó algo raro en la actitud de Manuel, pero no le dio demasiada importancia. Así pasaron un par de horas, y Manuel terminó su trabajo. El jardinero daba vueltas y trataba de quedar a solas con su patrón. Sergio se dio cuenta de esto y se alejó del grupo con Manuel.

- Patrón, disculpe, no quiero molestarlo, pero ando mal de plata. La patrona está enferma y los remedios están carísimos.
- Quédese tranquilo Manuel -replicó Sergio- le pago dos semanas seguidas y listo.
- Bueno gracias, le agradezco mucho. Yo... este... bueno, gracias.

Manuel dudaba y quería decirle algo a Sergio pero no se animaba.

- ¿Qué pasa hombre que está tan dubitativo? ¿Pasa algo malo?
- No sé cómo decirle esto, patrón, pero mi situación es desesperante, tengo al hijo mayor preso y los otros no trabajan, tengo una deuda con un hombre que me prestó plata y me amenaza con golpearme si no se la devuelvo...

- Y no se -se atajó Sergio viéndose venir el mangazo- ¿Es mucha plata?
- Tres mil pesos y no sé de dónde sacarlos. Tiene que ayudarme. Estoy desesperado.
- Mire Manuel, no tengo tanta plata, la verdad es que me pone en un aprieto.
- Mire, si no se enoja, yo había pensado en... como le puedo decir, dejarle a Mimi... a la nena... ella es muy obediente.

Sergio estaba confundido por el tartamudeo de Manuel.

- No entiendo Manuel, explíquese.
- Mire patrón la nena es muy obediente y ustedes son hombres que se que la van a tratar bien. Si usted me da esa plata yo se las dejo hasta mañana para que hagan lo que tengan que hacer.
 

Comencé a entender, aunque Manuel no era demasiado explícito.

- ¿Y para que dejaría la nena Manuel? No entiendo bien.
- Ella ya es una mujercita y hace cosas de mujeres, por favor, no me haga pasar más vergüenza... ella es muy ardiente a pesar de su edad y me gustaría que se quede con ustedes. ¿Entiende?
- No sé. Lo que usted me ofrece es que le dé tres mil pesos por tener sexo con su hija?
- Si.

Sergio se quedó mudo por un instante. Reaccionó y le dijo a Manuel que lo espere. El hombre no sabía si contarle a sus amigos lo que le habían ofrecido. No sabía cómo iban a reaccionar. Los tres tenían familia e hijos.

Entonces llamó a Javier, el más íntimo de todos y le contó lo sucedido. A Javier se le iluminaron los ojos, y como era muy extrovertido, enseguida encaró a los otros dos hombres.

- ¿Che, se quieren follar una pendejita de 10 años?
Los otros dos amigos, Sebastián y Pepe se quedaron anonadados.
- ¿Sí o no? Digan, no se hagan los mojigatos.

Los otros dos asintieron. Sergio les contó la situación y todos accedieron a juntar la plata para Manuel.
Javier era el más malacara del grupo, y fue el quien arregló con el jardinero.

- Manuel, acá está la plata. ¿La nena cojió alguna vez?
- Si.
- Ah, bueno, listo, déjela que mañana se la entregamos bien cojidita.- Manuel, con plata en mano, esbozó una leve sonrisa.
- Pero espere. ¿Cómo sabemos que usted no nos va a denunciar con la policía?
- Quédense tranquilos que no lo voy a hacer.
- No me basta eso. Quiero tener una garantía y ya se me ocurrió que.

Javier, además era muy perverso, así que hizo entrar a Manuel y Mimi a la casa, tomo una cámara de video y obligó a la nena a chuparle la pija a su padre, mientras el filmaba. La nena, colorada de vergüenza comenzó a mamar el pene de su papá mientras Javier filmaba la cara de este, para tener una garantía. Filmó hasta que Manuel acabó en la boca de su hija.

El hombre se subió el cierre de su pantalón y se marchó. Los cuatro hombres no daban más de calentura, y antes de comenzar con lo que sería una orgía sin igual, se hicieron chupar la pija por Mimi, que uno a uno les fue sacando la primera leche del fin de semana, mientras se iban turnando para filmar y registrar todo.

Mientras Javier fue en busca de una farmacia para comprar viagra, los otros tres bañaron a la nena. Mientras la enjabonaban y lavaban, se dieron cuenta que la nena ya no era virgen.

- Se ve que ya te cojieron, dijo Pepe.
- Si, mi papá y mis hermanos.
- ¿Y te gusta?
- Si, me gusta mucho. A veces, mi papá me lleva con el carnicero del barrio y me cambia por carne.

Los hombres no salían de su asombro por lo que la nena contaba. No podían creer que esto sucediera.
Cuando llegó Javier, se empastillaron, prendieron la cámara y comenzaron una orgía, que ni en los sueños más zarpados, se podrían haber imaginado. Mimi parecía una muñeca. La llevaban de un lado a otro. La cojían en la cama, en el piso, encima de un sillón, y hasta se animaron a llevarla al jardín.

La fueron ensartando de uno en uno, por el culo, por la concha, por la boca. La nena aguantaba todo sin chistar, hasta una doble penetración que le practicaron Javier y Pepe. Mientras Pepe, boca arriba, sentaba a Mimi en su pija enorme, Javier la penetraba por la concha, besándola apasionadamente.

La nena aguantaba, mientras Sergio se acercó y le metía su pija en la boca. La cojida fue interminable, duró más de una hora y media, hasta que los hombres comenzaron a acabar. Uno hizo en la boca de la nena, Pepe y Sergio le llenaron el culo de leche, mientras que Javier le baño el interior de la vagina.
Después de eso solo descansaron el tiempo que les llevó tomar unas cervezas, para atacar nuevamente a la nena, que ya se había lavado.

La lujuria se había apoderado de los hombres, que registraban cada detalle en la cámara de video. Entonces comenzaron a meterle cosas en los agujeritos a la nena: zanahorias, pepinos y hasta un envase de desodorante en aerosol. La dilatación de su conchita era tan grande que no se quejaba de nada.

Cuando ya habían saciado sus bajos instintos, y ni el viagra les hacía parar sus pijas, a Javier se le ocurrió algo. Filmarla cogiendo con el perro de Sergio.

Sergio tenía un perro sin raza, callejero, pero de buen porte. Primero dudaron, ante la propuesta de Javier, pero al ver a la nena asustada, se decidieron. Primero le hicieron manosear la pija al perro. Cuando el glande del animal comenzó a asomarse la obligaron a ponerse boca arriba y chuparle la verga al can. Sito, el animal, no tardo en ponerse al palo. La enorme y chorreante pija del animal tocaba la garganta de la nena, que tenía continuas arcadas, no solo porque la pija le tocaba la campanilla, sino porque le daba un poco de asco.

Luego de 10 minutos de un pete extraordinario, pusieron a la nena en cuatro patas, y mientras uno sostenía a la criatura, los otros dos sostenían al perro, que enseguida montó a Mimi. Costó que el animal embocara su pija en la conchita de Mimi, pero luego de unos minutos, y con la ayuda de Pepe y Sebastián, la nena estaba ensartada de nuevo, con una enorme pija y una enorme bola de carne expandiendo su conchita como nunca antes la había tenido.

Fueron 20 minutos los que tardó Sito en llenarle la concha de leche. La perversidad de Javier era tanta, que una vez que el perro pudo sacar su pija de la conchita roja de la nena, acercó un vaso y fue juntando la leche del animal, que caía a cataratas.

Lo último que filmaron ese día fue a Mimi tomándose la leche de la mascota ante cámaras. El sábado había terminado, pero aún quedaba un día por delante, y los cuatro hombres comenzaron a planear lo que le harían a la pequeña Mimi, de tan solo 10 años, pero convertida en una putita con todas las letras.

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